domingo, 21 de septiembre de 2014

¿Cuándo dejamos de asombranos por las cosas?

Han pasado los días, las semanas, los meses… Demasiados. Pero I AM BACK, he vuelto y lo hago cargadita de energías y de historias :-P

En estos meses han pasado muchas cosas y muy rápido. Me doy cuenta de lo rápido que pasa el tiempo en detalles como esta tontería…

En las típicas conversaciones con las “preguntas tipo” seguidas de “respuestas tipo” cuando acabas de conocer a alguien…, hasta hace no mucho, ante la pregunta ¿Cuánto tiempo llevas viviendo en México”, la respuesta automática era “como año y medio”. Y, pasado cierto punto temporal e imaginario (pero en el que curiosamente sin haberlo comentado antes, coincidimos Javi y yo) nuestra respuesta se ha tornado una parecida pero no igual… Ambos contestamos, pasando a un nuevo nivel en esa “respuesta tipo”, y sin ningún tipo de duda: CASI DOS AÑOS. 

Estuve un mes en un trabajo, por circunstancias -conoces a una persona, que te pasa un contacto de otra que conoce a una amiga, que recibe tu CV y es el momento preciso en que en su empresa están buscando a gente- terminé cambiando de empresa. Llevo casi cuatro meses y estoy contenta. Aprendiendo mucho, trabajando mucho. Sigo bastante perdida en esa nebulosa de entender y saber cuál es mi trabajo ideal (Espera… ¿pero eso existe?) y en ese mar de dudas profesionales-existenciales-inagotables… poco a poco, ciertas ideas van tomando forma. 


Entre tanto trabajo siempre hay tiempo para más…. Una cenita con amigas, una salida especial… y siempre, siempre tiene que quedar tiempo para una de mis actividades favoritas en el mundo... ¡VIAJAR! Me encanta vivir en el DF, salvo esos días que coincide que es viernes, quincena (aquí los salarios se pagan de manera quincenal, no mensual, y cuando la gente cobra, sale a las calles a gastárselo todo…. Es broma, no es así, pero en quincena la ciudad se vuelve –un poco más- loca de lo habitual) y llueve… Esos días quiero matar a alguien. Pero “El Defectuoso” como le llaman algunos, es una ciudad donde vale la pena vivir…. En ella encuentras una curiosa mezcla resultante de muy diversos elementos: Ciudad cosmopolita + Ritmo latino en sus calles y en su gente + Postureo y moderneo en grandes cantidades + Comida y fruta en cualquier esquina + Un nosequé.... que la hace increíble.

Aunque, de vez en cuando, es cierto que hace falta un respiro y una salidita de la urbe o del país, según se tercie. Mis últimos viajes destacados han sido visitas fugaces a la playa caribeña, el viaje mejor aprovechado de la historia a España para acudir a una cita muy especial que no me podía perder por nada del mundo… ;-)



Y, el último de todos, uno de los que teníamos en nuestra lista desde hace tiempo: Costa Rica. Agarramos las mochilas y nos escapamos al país en el que el saludo, agradecimiento, bienvenida, despedida y mood de sus habitantes, se resume en dos únicas palabras: ¡PURA VIDA!


Al volver de este viaje me puse a reflexionar en una cosa... Dos días antes de ir una amiga me comentó por whatsapp que si el fin de semana buscábamos un hueco para hablar por skype y yo le contesté que no podía... "...estaré en Costa Rica" y su reacción fue de cierta sorpresa... "¡Wow! ¿Sí? ¿Y eso? No nos habías contado! No sabía nada!" La verdad es que era un viaje que me hacía mucha ilusión, lo habíamos tenido en mente desde hace tiempo y ya hacía unos meses que teníamos los billetes comprados, pero no habíamos tenido casi tiempo de pensar en él ni de planearlo... 

Y me puse a pensar... Cuando te gusta mucho y tienes la suerte de poder viajar de manera habitual... cuando vives en un país que no es el tuyo y tus viajes de fin de semana y un "me voy a la playa" se convierte en "vuelo al Caribe" o tus salidas de puente son a países de Centroamérica y parece que se ha convertido en "algo normal" ¿significa eso que has dejado de ilusionarte o sorprenderte por los destinos o viajes elegidos? No creo que sea así y ojalá deseo que nunca llegue a serlo. Cuando dejamos de sorprendernos por las cosas...¿estamos perdidos? 

La gente me suele repetir que peco de ingenua o que muchas veces me creo todo y que todo me sorprende. Me gusta ser así... y creo que nunca tenemos que dejar de sorprendernos e ilusionarnos por las cosas, así como de sorprender a los que nos rodean. Pequeños detalles, pequeñas sorpresas... al final no recordamos los grandes gestos sino aquellas pequeñas diferencias que hacen de nuestro día algo especial... sea un deseado viaje, un helado inesperado en un congelador, una rosa o una sonrisa en cualquier esquina. 


“Mientras esperas lo que nunca llegará, llega a ti lo que menos esperabas” 


5 comentarios:

  1. Muy bien mi chica
    Me alegro mucho a que sigas rellenando tu blog
    Un abra<o
    jajar

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  2. Ya era hora!! Qué sorpresa Lucix :) Ahora a seguir sorprendiéndonos juntas de todo lo que nos rodea, a seguir siendo ingenuas y a recordar la suerte que tenemos de coincidir, muakkkk

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  3. Muy chuli Luuuu!
    Echo de menos el helado inesperado en el congelador!!!! Mua!!!

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  4. Bonito viaje, bonitas palabras, bonitas reflexiones. Ha sido un fantástico retorno al blog. Felicidades (Los tíos...)

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  5. Pura vida y pura tu!! Me ha encantado!

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