Y van pasando los días y los
meses y el tiempo no para, de hecho, cada vez va más deprisa. Es como una
película de acción, en la que los actos se van sucediendo, mezclados, no uno
tras otro… Todos ellos conforman una película cuyo escenario hoy día es México.
Suceden paralelamente, unos se confunden con otros y no sabes si uno ya terminó
y da paso al siguiente o simplemente se dio un descanso y tiene algo más
preparado para ese largometraje. Aquí los relato uno a uno, para aportar algo
de claridad, si es posible…
3, 2, 1… Me voy haciendo una experta
en entrevistas y procesos de
selección. Test psicométricos, entrevistas individuales, dinámicas grupales.
Todo vale, nunca es suficiente. De todo se aprende. Y, aunque no consigas tu
trabajo ideal, al menos vas sabiendo que trabajos NO te gustaría realizar o
formar parte. La mente se va aclarando, pasito a pasito, cada vez un poco más…
3, 2, 1… Visito Chiapas en Semana Santa. Era uno de mis
lugares pendientes en México. Aquí cambia todo mucho y nunca se sabe hasta
cuándo vas a estar en un lugar o qué tiene el destino preparado para cada uno…
así que era una de las cosas a tachar en mi lista “Things to do in Mexico”. El más sureño y pobre de los estados mexicanos,
Chiapas me muestra el lado más indígena del país, el más revolucionario y el
más “auténtico”.
3, 2, 1… Me voy haciendo un poco
más experta en grabar y montar vídeos.
Comienza siendo una necesidad para preparar un regalo improvisado y se
convierte en una nueva afición, una búsqueda de aprender más y así dar más uso a un regalo de mis últimas navidades en casa :). Todos tenemos
nuestros móviles y ordenadores repletos de fotos… pero creo que por pereza, por tendencia a lo más rápido o por dejadez… no tendemos a grabar tantos vídeos. Una
foto es el mejor vehículo hacia un recuerdo, evoca algo vivido y deja que tú lo
rememores o revivas a tu antojo. Pero un vídeo es un “recuerdo vivo”, escuchas,
ves una imagen en movimiento, revives un momento tal y como sucedió. Otra forma
de verlo… otra forma de recordar…
3, 2, 1… ¡Va y resulta que
encuentro un trabajo! Llevo ya dos semanas :). De repente,
cuando crees todo perdido, en una de las entrevistas te dicen “Bienvenida al
equipo, nos vemos el lunes”. Y en ese momento no sé si se trata de una broma pesada, si todos
los astros se han alineado y mis días de suerte han comenzado o que todo esfuerzo tiene su recompensa ;)
3, 2, 1… ¡Tiembla el DF! Y no es que tiemble porque yo haya encontrado
trabajo –aunque podría, después de los sudores y lágrimas que me ha costado-
sino debido a su localización y ser una ciudad “construida sobre un antiguo
lago”. En Semana Santa hubo uno de los más grandes desde que estoy aquí (7,2 en la
Escala Ritcher), yo no lo sentí porque estaba fuera del DF. Pero el jueves
pasado hubo uno que no dejó a nadie indiferente. Yo estaba en la oficina –un piso
12- en un primer momento sentí que me mareaba pero luego me di cuenta de que
estaba temblando el edificio. Todo objeto colgado se tambaleaba de lado a lado
y el edificio bailaba al son de los latidos de la tierra. Impresionante. No sabes
muy bien qué hacer, bajar ¿12 pisos de escaleras?, subir a la azotea,
quedarte paralizado y sólo esperar que pare… Realmente asusta. La noche del
viernes también tuvimos otro de madrugada. Están siendo demasiado seguidos y
bastante fuertes… da un poco de miedo porque se comienzan a escuchar teorías de
todo tipo. Mejor no hacerles mucho caso y sólo rezar para que si viene uno de
los gordos, no nos pille cerca.
Aquí os comparto un vídeo de una
piscina olímpica del DF durante el sismo que tuvo lugar el pasado 18 de abril:
3, 2, 1… ¡La vida sin Smartphone existe! Sí, así es… lo he comprobado de manera
forzada. El pasado fin de semana me robaron mi adorado celular. Sí, ese Samsung
al que tanto cariño tenía, regalo de mi padre antes de venirme a México, “el
móvil cuya cámara te hace guapa” ;) El mismo… Pero todo llega a su fin. Estoy
en busca de un sustituto y, mientras tanto, haciendo una cura de
desintoxicación de whatsapp y todas las bondades/peligros de los móviles
inteligentes. Voy por la ciudad y ya no corro el peligro de tropezarme en las suicidas
calles defeñas (sus aceras a veces parecen una carrera de obstáculos), con mi
mirada fija en la pantalla. Quizás disfruto más de las cosas que veo, sin
tratar de captarlas constantemente con la cámara del móvil y meterles unos
cuantos filtros para subirlas a Facebook, Instagram… No voy a engañar a nadie
ni a mí misma, ¡MUERO POR UN MÓVIL NUEVO! Pero hasta que llegue, intento sacar
el mayor partido de esta novedosa y extraña situación.
“Cinco minutos bastan para soñar toda una vida, así de
relativo es el tiempo"
(Mario Benedetti)
Haberla haila... aunque como todo proceso de desintox es dura!!! Muy chulos los selfies!!!
ResponderEliminar