Un día cualquiera de una semana
cualquiera… te puedes encontrar carteles inesperados, detalles que te alegran
una mañana o planes repentinos que reavivan una noche, todo eso… sucede en DF.
Comienza la semana, comienza el
día, me despierto, voy al gimnasio, duchita, desayuno, de camino al trabajo me
compro un café en el que ya es “mi sitio de siempre”. El dependiente es muy
sonriente –valga la redundancia- escucha y tararea (a veces se convierte en algo
más que un susurro) Mecano, Mónica Naranjo, Miguel Bosé, Paulina Rubio, Shakira
y un largo etcétera… Algunos días, me toca un vaso de lo más peculiar, si he
tenido suerte, saco un bolígrafo y hasta hago una de las primeras elecciones
del día. Conforme avanza el día, si la cosa se va poniendo tensa y te sobre
pasa, NO WORRIES, cuentan con un “Kit de reducción de estrés”. Por el momento
no he tenido que usarlo, os iré contando.
A veces toca salir de la oficina
e ir a alguna reunión, ¡qué suerte! es última hora y queda cerca de mi calle.
Al salir, me voy directamente a casa sin pasar por la oficina. Pero no, Lucía
va y se pierde a “dos cuadras” de su hogar. Poco a poco… lo mío nunca ha sido
la orientación y no iba a serlo ahora y en México. Al menos las pérdidas se
hacen amenas, porque te encuentras carteles de lo más graciosos.
Día tras día conozco y reconozco
más calles, tiendas, cuadras y puestos. Me voy ubicando. Ya tengo “mi” sastre, “mi”
zapatero y “mi” tintorería muy bien aprendidas, les conozco y me conocen. Poco
a poco. A mitad de mañana siempre toca un jugo de frutas, los hay de todos los
tipos: “antigripal”, “adelgazante”, “quemagrasas”… todo lo que imagines,
existe. Y si no, se lo inventan “por ser tú, güerita”.
Llega el fin de semana y aunque
aparentemente parece que no tienes muchos planes y va a ser relajado, las opciones comienzan a surgir. Al final te juntas con una margarita a la que deshojar:
este plan “me late”, este no. Comenzamos
el viernes con un conciertazo de Digitalism, en las primeras filas y saltando
como si quisiéramos y pudiéramos (soñar es gratis) volar. ¡Pedazo de fotógrafo! Thanks ;-)
El sábado vamos a “nuestro” mercado a comprar fruta y
verdura. Y volvemos a “nuestro” puesto preferido de tacos. Donde ya nos conocen
y saludan. Unas carnitas acompañadas con una Victoria bien fresca son ya la tradición de los sábados.
Por la tarde vamos a Polanco, una zona que no conocía. Se
nota que cambiamos de barrio, de ambiente, se respira más dinero y más lujo. En
este barrio se sitúan las principales embajadas y está lleno de oficinas y
edificios altísimos. Inevitablemente una imagen viene a mi mente. “Es el Abdoun
de DF” ;-). Acudimos a las “City Towers”
y conocemos a muchos españoles que también viven aquí, a los ICEX de primera
fase y a gente que se ha ido quedando de otras becas y lleva más tiempo. Nueva gente, gente maja y “buena onda”. Decidimos ir a casa a cenar, “cenamos
y nos vamos por ahí”. Craso error. Preparamos la cena, yo disimuladamente me
pongo el pijama… cada vez con más sueño y con menos ganas de ir a ningún sitio.
Se oye música a todo volumen desde nuestra casa, vemos luces
desde mi ventana, pero no sabemos muy bien de dónde proceden el sonido y la… ¡FIESTA!
Menuda tienen montada ahí abajo. Uno de mis compis –el más decidido-
concluye que somos unos viejos y que él va a investigar y ver “qué se cuece”. El
segundo de ellos, persuadido por el primero, baja al rato. Yo me quedo dormida
en el sofá (qué raro) y al despertar me veo en pijama, sola y ¡un sábado por la
noche! Esto no puede ser. Me visto, me maquillo y allá que me voy.
No es un bar, se trata de una fiesta en una casa. Músicos,
artistas, actores… todo muy “bohemio”. Nos explican que a un amigo le robaron
TODO. Entraron en su casa y la desvalijaron (dinero, ordenadores, equipo de
trabajo…). Entre todos han organizado esa fiesta –muy bien organizada por
cierto- para darle todo el dinero recaudado. Buena fiesta y por una buena
causa, ¿qué más se puede pedir?
El domingo conozco Coyoacán. Me encanta Coyoacán. Por el momento he visto poco de la
ciudad, pero me ha parecido lo más auténtico hasta ahora.
Música por las calles, plazas con artistas, librerías, puestos de comida,
olores, colores, mercado con infinidad de puestos de comida. Se respiran tacos,
carnitas, gorditas, cilantro, chile, chelas… Se respira México.
¡Ah! Se me olvidaba… y por fin, en Coyoacán –como no podía
ser de otro modo- ¡la niña consigue su dichoso perchero!
"No trates de darle sentido a
ciertas cosas...sólo exprime lo que venga, al máximo"
(se la tomo prestada a una gran amiga)
Me repito pero.... no veo el momento de comerme esos tacos y que nos ensenies todo eso!
ResponderEliminara exprimir se ha dicho!
Me encanta!!! me trae muy buenos recuerdos todas esas palabrejas!!! Sigo esperando skype mexicanita!!! <3 Nerea
ResponderEliminarMe encanta ser partícipe de esta entrada...gracias por el detalle y una vez más...gracias por tenernos al día de tus movimientos...
ResponderEliminarJo que guay!!quiero ir ya a verte!!!!ya tengo ganitas de leer la próxima entrega!un besitoo
ResponderEliminarJo que guay!!quiero ir ya a verte!!!!ya tengo ganitas de leer la próxima entrega!un besitoo
ResponderEliminarSuena genial todo! Can't wait a julio!
ResponderEliminarSuena genial todo! Can't wait a julio!
ResponderEliminarSuena genial todo! Can't wait a julio!
ResponderEliminarLa vida, decía Nietzsche, no tiene sentido ni significado salvo el que le atribuye el ser humano. Pero es curioso observar que cuando se trata de placeres, de diversión, de pasarlo bien..., se suele decir (tal como tu amiga señala) "exprime lo que venga, al máximo". Sin embargo, cuando se trata de sufrimiento, de dolor, de penas..., los sabios griegos aconsejaban "acepta con serenidad lo que es".
ResponderEliminarUn abrazo, María Jesús