Inaugurado queda este nuevo año, esta nueva etapa y este
nuevo “touch” al blog.
Muchas veces – tras una
frase, en mitad de una conversación, durante el diálogo de una película, al
cerrar un libro tras leer su última palabra… – nos abstraemos del mundo y nos
ponemos a dar vueltas a una idea…
Ayer me pasó eso. Estoy en “busca y captura” de un trabajo…
pero mientras tanto, intento no parar quieta. Estoy haciendo un curso de
redacción en páginas web y redes sociales… La profesora hablaba y mi mente se
salió de la habitación durante un momento…
“Las redes sociales han hecho desaparecer las clases”… “Suponen
la democratización de los medios y de la sociedad”… ¿Es eso realmente cierto? ¿O es como nos lo han querido “vender”?
Soy la primera enganchada y fan de las redes sociales… pero
muchas veces me hago preguntas como…:
--¿Realmente hoy en
día se es capaz de disfrutar de algo si no se comparte?
Cuando digo compartir, me lo planteo
en dos sentidos:
1) Siguiendo con el tema
de las redes sociales: si no compartimos
con la gente en una red social la playa paradisíaca en la que estamos o la súper
paella que nos vamos a meter entre pecho y espalda… ¿ya no somos capaces de
disfrutarlo igual? ¿Lo que no se cuenta…
“ya no cuenta”?...
2)
Desde un punto de vista más profundo y personal: si no compartimos un viaje con
una persona especial, si no podemos hablar con alguien de lo felices que
estamos siendo en ese preciso instante… ¿no somos capaces de disfrutarlo solos?
¿Sabemos / podemos ser felices en
soledad? (y no hablo sólo de la figura de una pareja… es mucho más que eso).
Tengo 27 años y nunca he vivido
sola. Puedo afirmar rotundamente que (casi seguro, aunque nunca puedes decir
que no a algo que no probaste) no me gustaría vivir sola. He compartido hogar
con todo tipo de personas y en todo tipo de circunstancias. Pero, sin duda, lo
que más me ha reconfortado de todos ha sido que tenía la certeza de que al
llegar a casa, “siempre” había alguien a quien contarle (y que me contara) mi
día, mis preocupaciones y lo feliz o lo triste que estaba…
--Pensando
en el actual boom de las redes sociales… otro aspecto al que doy vueltas sin
parar es ¿hasta dónde va a cambiar la forma de comunicarnos?
La conversación “tú a tú” en un bar
o en mitad de la calle se ha sustituido por el aprender a “descifrar” lo que
cada frase, emoticono, símbolo, MAYÚSCULA/minúscula, abreviatura y conjunto de
letras querrá decir en cada momento…
Algo tan anecdótico y
(aparentemente) tonto como una risa en mitad de una conversación de chat puede
dar lugar a mil interpretaciones…
Si pones ja, estás siendo irónico
Si ríes con jaja, tu risa suena
sincera
Si eliges jajajaja, el móvil
incluso suena a carcajada
Si escribes jejej, casi ya te
convertiste en cómplice de tu compañero
Si escoges un jojojo, es una risa
socarrona
Y si finalmente te decidiste por
el jijiji, estás siendo travieso o picarón
¿Quién cuenta con la enciclopedia
que descifre todas estas elecciones, signos de puntación o silencios? Afortunada
o desgraciadamente, cada uno tiene la suya propia. Es cierto que en ocasiones,
no hay NINGÚN lugar a dudas… Tras una conversación con mi padre en la que
claramente me dijo “usa la tarjeta para emergencias Lucía…”, no necesité mucha
ayuda para comprender el humor y significado que se escondían detrás del
siguiente mensaje en un whatsapp:
“STARBUCKS
NOOOOOO ES UNA EMERGENCIA!!!”
Volviendo a lo de la “socialización”
gracias a todas estas nuevas herramientas 2.0… Antes de pecar de demagoga o
hipócrita, vuelvo a repetir mi simpatía por las redes sociales… Creo que son
maravillosas para miles de cosas: estar informado constantemente, poder seguir
en contacto y conocer la vida de tus amigos a millones de kilómetros y un largo
etcétera.
--Pero, muchas veces, me pregunto… con
todas estas posibilidades de conexión, interacción, socialización… ¿no somos
hoy en día una sociedad cada vez más individualista y solitaria? …. Ahí lo
dejo...
Y para prueba de que esto son
reflexiones, pensamientos, contradicciones y cavilaciones… dejo muestra de mi
amor platónico por lo que hoy se llama “estar conectada”:
Todo lo que somos
es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos
y está hecho de nuestros pensamientos.
(Buda)
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