lunes, 29 de abril de 2013

Una vida "a la mexicana"


Los post se están espaciando un poco… pero eso tiene un motivo. La vida mexicana se nos ajetrea más y más y los planes no paran de surgir… al final sacar tiempo para el post se va haciendo un poco más difícil y eso ralentiza el tema… pero así hay más que contar y mucho más sobre lo que reflexionar…

Durante estas dos semanas hemos ido conociendo nuevos sitios, repitiendo en algunos ya conocidos (aunque cada visita en un lugar, es siempre distinta a la anterior) y conociendo cada día un poquito más de México y de su adorada gente, esos maravillosos seres: los mexicanos. “Ahorita” les sigo contando…

En estas semanas, en algunas reuniones de trabajo, en la calle, en el metro, en cualquier esquina de la ciudad… me voy fijando y me llama la atención lo mucho que se arreglan las mujeres aquí. Ya sea para salir de fiesta, para ir al trabajo, a cenar, de compras o al aeropuerto a coger un avión. Tacones de vértigo nunca faltarán en el atuendo de una mujer mexicana. Maquilladas hasta el extremo, incluso en el gimnasio observas que el rímel o la raya del ojo son indispensables para casi todas las féminas del país. Ellas son “mujeres a la mexicana”.

Ropa ajustada, mini faldas, taconazos… cuando salimos por la noche o vamos a cenar a algún sitio el fin de semana, me paro a pensar unos segundos… y me doy cuenta de lo diferente que era el panorama por estas mismas fechas hace un año. Yo misma tenía que pensar un rato frente al armario en mi casita de Ammán, para decidir –en función del barrio al que íbamos, si iba en taxi, si iba sola y en base a una serie de factores- cuál sería el modelito del día. Cuando aquí voy por cualquier sitio en pantalón corto, sandalias o un vestido corto, una sonrisita hacia dentro y un “gracias” se dibujan en mi boca.

Pero cuando mi asombro llega a límites insospechados es cuando en el metro observo a muchas mujeres, a primera hora de la mañana, dándose los últimos retoques de maquillaje (eso no es lo que me sorprende, porque es algo que también puedes observar cualquier mañana en un abarrotado vagón del metro de Madrid) y una de ellas se riza las pestañas con la ayuda de una… ¡cuchara!. Sí, han oído bien, una cuchara. Recé para mí que el tren no frenara en seco porque el desastre –ocular-podría ser mayúsculo. Pero como mi jefe me explicó, al ver mi cara de estupefacción máxima, “aquí lo hacen todas las mujeres, es muy habitual”. No creo que tuviera problemas con el frenazo, lo hace a diario y está más que acostumbrada. ;-) Nunca dejas de aprender o ver cosas nuevas.

Además de percatarme y reflexionar sobre las evidentes y marcadas diferencias entre el género femenino (entre mi anterior país de residencia y México), voy descubriendo que aquí todo se hace… se hace “a la mexicana”. Me explico…

“Parques de atracciones a la mexicana”. Hicimos un intento de disfrutar del principal parque de atracciones de DF, perteneciente a la famosa cadena de parques SIX FLAGS. Día soleado, deportivas, ropa cómoda, muchas ganas de altura, loopings y adrenalina. Todo iba sobre ruedas…hasta que mientras hacíamos la fila para “Superman”, la principal atracción del lugar… ¡se va la luz! Sí… la luz, pero no la luz de un lugar en concreto, no. La luz de absolutamente todo el parque, atracciones paradas, restaurantes y tiendas entre tinieblas. Increíble pero cierto. Era la primera vez que pasaba algo así en el lugar y, sí, nos tuvo que tocar a nosotros… Finalmente nos dedicamos a gastar los pesos que llevábamos en los típicos juegos a los que casi nadie hace caso en un parque de atracciones: encesta y te llevas un peluche, chuta a un balón de fútbol y tira unos bolos… etc etc etc. Conclusión, volvimos a casa con un peluche de un mono y mi única foto del lugar: con un tal Batman que pasaba por ahí…




Cuando sales de fiesta por DF te puedes encontrar –literalmente- cualquier cosa. En una de nuestra salidas, haciendo gala de nuestro afán por conocer nuevos sitios y siguiendo las recomendaciones de “lugares que no te puedes perder”… en busca de la "fiesta a la mexicana" nos dirigimos a PATRICK MILLER, en el barrio de la Roma. Describir este lugar me resulta, cuando menos, difícil y trabajoso. Se trata de un antro oscuro, en el que sólo sirven cerveza, la gente se agrupa en corros que rodean a una pareja que exhibe sus mejores pasos de baile a modo de “dance fight”. Todo esto aderezado con música dance a lo “Coche fantástico” y una vestimenta de lo más peculiar, como si echáramos la vista atrás varios pares de décadas. La edad media no era la que encontraríamos en un antro de moda defeño, sino  maduritos y maduritas relevándose en los diferentes círculos y bailando una suerte de aspavientos de piernas y brazos, todo vale, todo está permitido. Todo, menos permanecer parado dentro de uno de los círculos. La típica expresión que en muchas ocasiones decimos o escuchamos al referirnos a un tipo de gente un tanto atípica o especial: “lo mejorcito de cada casa” es el nombre que iría como anillo al dedo a este lugar… 


El fin de semana nos encanta, lo esperamos como “agua de mayo” y lo disfrutamos como “si no hubiera mañana”. Además de probar nuevos antros y seguir conociendo la fiesta mexicana, nunca faltan los paseítos. Por nuestro barrio, por Coyoacán, por San Ángel (un nuevo descubrimiento en fotos)… En cada calle, cada parque, cada rincón, cada mercadito, cada puesto y cada mexican@ con el que nos cruzamos, identificamos cada día más la “esencia de México”. Esos “paseos a la mexicana” forman también parte de nuestros días, nuestra semanas y de nuestra vida mexicana. 




Las semanas llegan a su fin y, tras una visita al tianguis –con la correspondiente prueba de todo tipo de frutas que te van ofreciendo a tu paso por los puestos- y aprovisionamiento para llenar la nevera… los domingos de comilona en casa ya suelen ser una tradición. Nos encanta ir probando todo tipo de comida... somos muy fan de lo asiático, probamos lo cubano... pero en nuestro hogar: cuando no es fideua, es rancho, arroz con verduritas o lo que sea… pero siempre en una gran paellera que tomamos prestada y nos resistimos a devolver. Suele tratarse de comida casera, con algo de vinito, un aperitivo previo y su posterior sobremesa. Todo muy español, pero para nosotros, ya son “nuestros domingos a la mexicana”.



El tiempo. El tiempo es una idea que en México no es exactamente igual a la que nosotros podemos tener, con la que venimos de Europa o a la que solemos estar acostumbrados. El ritmo latino, al “ahorita” y el “luego luego” (que, curiosamente, significa YA) son expresiones que ya nos son familiares y a las que te vas acostumbrando. A lo que yo no sé si terminaré de acostumbrarme es a la concepción temporal por la que se rigen aquí. “El tiempo a la mexicana”. Ese “ahorita”, que es el mejor comodín que alguien pudo inventar, les sirve para decirte que “en cualquier momento puede suceder lo que tú preguntas, ya sea en cinco minutos o dos horas”. La ocasión en la que más exagerada me pareció esta concepción mexicana del tiempo es cuando en una reunión de trabajo nos tuvieron esperando en una salita (muy bien acondicionada y perfectamente dispuesta con cómodos sofás, dado que todos se conocen y saben lo que toca, ESPERAR) cerca de dos horas y cuando íbamos preguntando a la secretaria “¿esto qué es? Cuándo nos va a atender su jefe?”, iba retrasando y retrasando el recibimiento hasta que finalmente nos dijo que “se había hecho muy tarde y que tocaba "re-agendar" la junta (así es como llaman aquí a las reuniones)”. Así que, tal y como vinimos, nos fuimos. Cosas que pasan… 




Otra concepto que varía mucho con respecto a lo que estamos acostumbrados es el del espacio y el movimiento. “Temblores a la mexicana”. Hace unas cuantas entradas, comenté mi experiencia con el primer temblor en México. Fue poquita cosa y yo, ingenua de mí, casi ni me enteré. Pero no sabía lo que me esperaba, hace una semana aproximadamente se produjo un sismo de 5.9. Temblaba la casa, los cimientos, sentías cómo te movías sobre el suelo. Es una sensación muy extraña. No sabes muy bien cómo reaccionar. “¡Debajo del marco de la puerta!” (hasta que nos damos cuenta de que nuestras puertas no tienen marco), “Si sigue unos segundos más, bajamos a la calle”. ¡Se mueven las cortinas, las plantas, los espejos que cuelgan de la pared! Este sí que fue fuerte y me di cuenta, claro que me di cuenta!! Fue un domingo, de repente, inesperadamente… y una historia más para contar.

Entre temblores y reuniones, pasan las semanas y vamos conociendo y disfrutando cada vez más del “ocio a la mexicana”. DF es una ciudad gigante y la oferta de ocio sobre la que puedes elegir es brutal. De todo tipo, cualquier día, para todos los gustos. Esta semana pasada ha sido muy variada en cuanto a lo musical. He asistido a tres conciertos, muy diferentes entre sí, pero disfruté como una enana en los tres. Def con Dos con Javi, recordando el conciertazo durante una semana gracias a un magnífico dolor de gemelos, directamente proporcional a la cantidad (y altura) de los saltos que dimos en el evento. Jesse & Joy con Héctor y Sara, conociendo desde dentro el Auditorio Nacional, con el vello de todo el cuerpo de punta y con la lagrimilla “a puntito”. Y, por último, Jorge Drexler con mi gran amiga Marina. Para mí, gran descubrimiento de un artista que casi no conocía y me impresionó, por su voz, su directo y su cercanía con el público.  


Como colofón de estas últimas semanas, hoy domingo teníamos una cita, el Reto Vikingo nos esperaba. Se trata de una carrera, campo a través, entre montañas. Tenías que correr, superando diferentes pruebas y obstáculos: saltos, cuerdas, ríos, piedras, cuestas arriba, cuestas abajo. Hemos terminado un poco embarrados, yo particularmente empapada hasta el cuello, con unos cuantos rasguños y marcas y un poco cansados... Pero ha merecido la pena, una manera diferente de pasar un domingo más en México. (Espero tener más fotos del Reto, para próximos posts, ¡no tienen desperdicio!). 



Mañana comienza la semana pero sé que ésta se pasará muy rápido. El miércoles es festivo y no trabajamos (un pequeño respiro) y además… ha comenzado mi particular cuenta atrás porque el próximo sábado, llega una visita muuuuy especial. Pero no cuento más, eso para el próximo post!



"Lo ideal es disfrutar el camino y no sólo añorar el destino"






7 comentarios:

  1. Lo del Patrick Miller no es de otro planeta... es de otro universo!!!!! Muy hardcoreeee!!

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  2. Estos post van mejorando pero que mucho mucho.
    Ahora vemos que haceis algo mas que ir "de antros"
    Claro que el Patric Miller debe estar bastante entretenido. Quiero verlo aunque yo creo que no me meteré en ningún corro.
    jajr

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  3. Lucia no intentes lo de la cuchara.... y papa a ti te llevaremos a DEF CON DOS!

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    Respuestas
    1. Estas cada día más mexicanita y lo de la cuchara me parece genial. Tienes que aprender como se hace. Y cuando vengas lo promocionas.

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  4. Después de unas semanas de desconexión se agradece tanto volver a las buenas costumbres...sigue regalándonos tus experencias!!!
    Marta

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  5. Ya no pasa nada por Mexico?
    Estamos ansiosos por ver mas cosas de ese pais?
    A qué se debe este parón?
    Por favor sigue escribiendo
    jajr

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  6. Nos vas a enseñar por fin cómo se hace lo de la cuchara?

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